"Yo me eduqué en el liberalismo y siempre creí en la democracia, en el paradigma elemental de una especie humana que se gobernase a sí misma. Los principios de la democracia, según mi sentir, se encierran en las dos proposiciones siguientes:
La 1ª dice que las cosas comunes a todos los hombres son más importantes que las privativas de cualquier hombre en particular (la muerte es de suyo más trágica que el morirse de hambre, por ejemplo.); que lo ordinario vale más que lo extraordinario: que lo esencial para los hombres es lo que poseen en común y no lo que cada uno separadamente posee.
Y el 2º postulado dice, simplemente, que el instinto o anhelo político es una de esas cosas que pertenecen al patrimonio común. Enamorarse es mucho más poético que ponerse poético. Y gobernar se parece más al fenómeno general de enamorarse que al privativo de poetizar."
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