jueves, 12 de julio de 2012

educar

La pedagogía sana compatibiliza tanto el llamamiento a un comportamiento co­rrecto como a asumir y amar las propias limitaciones. Hay que mostrar a los hijos que se los quiere de modo incondicional, y no por lo que tengan, sepan o consigan realizar: ¡que se los ama tal como son! El chantaje afectivo es tan corriente como peligroso.

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