Unas notas
entresacadas de la encíclica Veritatis Splendor
...pues la
verdad ilumina la inteligencia y modela la libertad del hombre,... los
hombres... se santifican « obedeciendo a la verdad » (1 Pe 1, 22)... Mas esta
obediencia no siempre es fácil. Debido al misterioso pecado del principio,
cometido por instigación de Satanás, que es « mentiroso y padre de la mentira »
(Jn 8, 44),el hombre es tentado continuamente a apartar su mirada del Dios vivo
y verdadero y dirigirla a los ídolos (cf. 1 Tes 1, 9), cambiando « la verdad de
Dios por la mentira » (Rom 1,25); de esta manera su capacidad para conocer la
verdad queda ofuscada y debilitada su voluntad para someterse a ella. Y así,
abandonándose al relativismo y al escepticismo (cf. Jn 18, 38), busca una
libertad ilusoria fuera de la verdad misma.
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