... las conocidas palabras de Dostoievski— «el hombre no puede vivir sin arrodillarse. . . Si rechaza a Dios, se arrodilla delante de un ídolo de madera, de oro o simplemente imaginario. Todos éstos son idólatras, no ateos; idólatras es el término apropiado para designarlos».
El ateísmo es la negación , más o menos argumentada y explícita, de la existencia de Dios. ... En realidad, la verdadera causa de este fenómeno y el auténtico fundamento de esta declaración es siempre un juicio gravemente erróneo acerca de la divinidad, el cual —a su vez— está causado no raras veces por el miedo, inspirado por la soberbia, a reconocer los propios errores. (p.67)
De Gabriel Chalmeta.
A lo que podemos añadir un texto de Benedicto XVI en Jesús de Nazaret
quien no quiere dejar entrar a Dios en el mundo y en los hombres tiene que ofrecer el placer de emociones excitantes cuya intensidad suplante y acalle la conmoción religiosa.
¿Quien puede añadir algo a las palabras de un sabio como Benedicto XVI? Yo, desde luego, no. Mi hija, de de dos años, sí: "Besitos a la Virgen".
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