- A todos nosotros, y en particular a vosotras, las mujeres, nos hace falta vivir todo lo absurdo de la vida para volver a la verdadera vida. No se puede creer a otro. Entonces no habías vivido aún esa época maravillosa, pero absurda. No te impedí que la vivieras; me daba cuenta que no tenía derecho a hacerlo. Pero hacía mucho que había pasado para mí.
- ¿por qué, si me quieres, me permitiste que la viviera?
- porque no hubieras podido creerme; tenías que conocerla por ti misma, y así ha sido. Has reflexionado mucho. Pero has amado poco.
Esta cita entresacada de una novela deliciosa de Tolstoi, evitaría muchas estupideces, a veces ... sin vuelta atrás.
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