lunes, 31 de mayo de 2010

Psiquiatria. Sexualidad. Celibato

Raphael Bonelli, psiquiatra vienés, en entrevista con Stephan Baier para el diario Die Tagespost (8-05-2010)

Resumen de Ideas:
Hoy sabemos que la sexualidad debe controlarse para poder vivirla de forma sana y feliz. La violencia sexual y la pedofilia nos muestran que la sexualidad no puede vivirse sin contenciones, porque puede hacer daño. Sin embargo, sorprendentemente todavía muchos sueñan con que puede vivirse sin límites, y creen que ahí tenemos el paraíso terrenal.

El celibato resulta molesto para la mentalidad de hoy, porque muestra que un hombre puede contener sus apetitos sexuales por causa de un gran amor. Esto es algo que molesta a la ‘sociedad de la diversión’, que por eso arremete contra este bastión.

Cuando un hombre célibe no cultiva una intensa relación con su amor, esto es, con Dios, entonces se marchita humanamente o no aguanta.

También es importante que un hombre célibe sepa qué es una mujer y cómo relacionarse correctamente con ella. Demasiada intimidad y apertura puede conducir fácilmente a una situación de bloqueo. Por motivos profesionales, he conocido a varios sacerdotes que se han deslizado hacia relaciones amorosas que, de hecho, no querían en absoluto. Casi siempre, en un principio, el afectado no había sido sincero consigo mismo. Con frecuencia, afirmaba un anhelo pastoral, hasta que la creciente intensidad de la relación se transformó en corporal. En el origen está el déficit emocional de la soledad, que, en una relación sana con Dios, se llena con la oración.

La capacidad de moderar el instinto sexual y de humanizarlo se denomina virtud de la templanza, que también ha sido redescubierta por psicólogos ateos como Martin Seligman. El objetivo es, como dice Tomás de Aquino, la armonía de la paz interior. Templanza significa conseguir un orden interno, en el que las propias fantasías y deseos se valoran correctamente y se cultivan o se reducen. Esto no sólo es válido para la sexualidad. Viktor Frankl dijo, con respecto a la auto-observación hipocondríaca: “Sólo el ojo enfermo se ve a sí mismo”…. Alguien que ha entregado completamente su vida empieza a patinar cuando comienza a buscarse a sí mismo o a realizarse egocéntricamente.

Normalmente los problemas sobre la castidad son problemas de personas que dedican demasiado tiempo a sí mismas. Cuando uno navega durante horas en Internet no puede sorprenderle que le asalten ideas estúpidas. La soledad y la sensación de que la propia vida carece de sentido son consecuencia de una falta de relación con Dios. Yo trato a personas adictas al sexo en Internet y casi todas ellas tienen problemas de relación con los demás. Por eso digo que los sacerdotes con este problema tienen un problema de pareja… con Dios.

Texto completo de la entrevista: http://www.aceprensa.com/articulos/2010/may/18/algunos-sacerdotes-tienen-un-problema-de-relacion-con-dios/

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