martes, 13 de julio de 2010

Trascendencia

En un libro sobre la trascendencia que estoy leyendo en estos días, leo ... y copio...
... A veces he llegado a pensar que con la verdad pasa algo semejante a lo que Talleyrand decía de las bayonetas: que se puede hacer de todo con ellas, menos sentarse encima.

...La segunda manera de pensar, en cambio, considera que lo decisivo no soy yo sino la realidad conocida ... Esta vuelta hacia lo real que está fuera de mí es, me atrevo a decirlo, el inicio de una conversión. Convertirse lleva consigo un vuelco de la propia actitud fundamental, un giro que comporta una cierta transformación del estilo de ser, de la manera de andar por el mundo. Pasar a adquirir este temple es, en su inicio, un golpe audaz que libera de la cautela y del temor. Porque las opciones radicales en esta vida no pertenecen al ámbito de la razón pura. Son, sobre todo, cuestión de amor. Y el amor no es posible sin esperanza.

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