jueves, 4 de junio de 2015

Conversión


Carmen Laforet en "La mujer nueva" narrando la conversión de Paulina ...
No quiero una realidad como la de los cerdos. Quiero una realidad humana. He pasado demasiados años pensando en mi cuerpo, en sus sensaciones, en sus anhelos, en sus vacios. Ahora debo someterlo a otra cosa mucho más grande" (p.278)
Ahora, la vida de Paulina no podía ser igual que antes de haber tenido aquella viva iluminación en el tren. Su vida pagana, limpia y estólida de espíritu, regida por instintos, deseos limados por la educación, sentimientos más o menos desarrollados ... esa vida había terminado (p.257)


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