Es tan nocivo pedagógicamente
fomentar el autoengaño de no reconocer las propias carencias, como incidir en
ellas con personas que tienden a exagerar sus defectos ... En el fondo, uno de nuestros
problemas fundamentales radica en no saber asumir, en disimular o en rechazar
nuestras propias carencias. Lo ideal sería reconocerlas y buscar pacíficamente
los medios para solucionarlas ... Todos
nacemos con carencias que eventualmente pueden agravarse por motivos vitales
adversos y por errores personales.
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