Pudiéramos decir que el escéptico es un hombre
que anda al revés, porque sus pies se agitan hacia arriba con el éxtasis,
mientras que su cabeza se hunde en los abismos. Para el hombre moderno los
cielos están debajo de la tierra. Y la explicación es muy sencilla; está de
cabeza —muy débil pedestal, por cierto—, y no tarda en reconocerlo cuando
encuentra sus verdaderos pies.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario