"Con las manos en los bolsillos, doy golpes ante mí a una vieja lata de conserva. Me paro de vez en cuando y alzo la nariz hacia el cuadrado de cielo que me ha sido concedido. De vez en cuando enciendo un pitillo y silbo una melodía. Espero. A veces ocurre algo -una afirmación brutal de la luz, un súbito ensanchamiento de la vista-. Con mucha frecuencia, no ocurre nada. Esta es, poco más o menos, mi manera de vivir y de ir por la tierra hechicera. No me imagino dejar un día mi erial, sus cardillos, sus zarzas y sus milagros. Voy y vengo. Deambulo. Deseos pocos, proyectos ninguno. Nunca he creído en buenas palabras del tipo: «Una vida, hay que construirla». No creo en nada, tan sólo en Dios".
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario