domingo, 10 de julio de 2011

Miedo y soledad


En dos post (uno y dos) he hablado -a través de otro- de este tema directamente; y ahora vuelvo a abordarlo:

Si se diese una soledad en la que al hombre no se le pudiese dirigir la palabra; si hubiese un abandono tan grande que ningún pudieses entrar en contacto con él, tendríamos la propia y total soledad, el miedo, lo que el teólogo llama infierno... Ahora podemos definir el preciso significado de la palabra: indica la soledad que comporta la inseguridad de la existencia. ¿Quién no se da cuenta de que, según nuestros poetas y filósofos, todo encuentro humano se queda en la superficie, que ningún hombre tiene acceso íntimo a otro? Nadie puede entrar en lo más íntimo de otra persona; todo encuentro, por muy hermoso que sea, fundamentalmente no hace sino adormecer la incurable herida de la soledad. En lo más profundo de nuestra existencia mora el infierno, la desesperación, la soledad inevitable y terrible. Sartre parte de ahí para elaborar su antropología …

3 comentarios:

  1. Pues yo creo que el marido y la esposa sí se llegan a conocer a fondo, hasta casi el último reducto que es sólo de Dios y la persona.
    No son dos, sino uno, "una caro".
    Por cierto, ya tengo tantos seguidores como tú, sin tener tu encanto y glamour africano.

    ResponderEliminar
  2. gracias por lo del glamour ... viniendo deun anglosaxon es todo un halago

    ResponderEliminar