Amar
es, por tanto, esencialmente entregarse a los demás. Lejos de ser una
inclinación instintiva, el amor es una decisión consciente de la voluntad de ir
hacia los otros. Para poder amar en verdad, conviene desprenderse de todas las
cosas y, sobre todo, de uno mismo, dar gratuitamente, amar hasta el fin. Esta
desposesión de si mismo [...] es exhaustiva y exaltante. Es fuente de
equilibrio. Es el secreto de la felicidad.
(JUAN
PABLO II, Aloc. I-VI-1980)
"Esta es la llamada que la Pascua coloca entre nosotros. Este mensaje nos dice, al mismo tiempo: no os convirtáis en estrategas de la violencia, sino en servidores del amor en la fe en el Resucitado, que en medio de la impotencia del bien es para nosotros la certeza de que el amor representa la fuerza verdadera y definitiva del mundo" Joseph Ratzinger "El resplandor de Dios en nuestro tiempo": Efectivamente, si no somos estrategas de la violencia lo somos de nuestro egoismo, porque realmente vivimos engañados respecto de la impotencia del bien
ResponderEliminarMuy acertada tu cita Antonio. Deberíamos ahondar en esa "impotencia del bien" ante tanto desanimo, pesimismo, desaliento ... Tu comentario, que agradezco, me sugiere abrir una nueva etiqueta en favor del Papa, que es una cita inagotable .... Gracias
ResponderEliminar