Ambas son ejecutadas por los poderes establecidos y van precedidas por sendos juicios en los que se acusa a las víctimas de mantener y enseñar doctrinas que van en contra de las opiniones dominantes
Pero la clave de estos dos acontecimientos estremecedores no es la presunta rebeldía de dos profetas disidentes, sino su entrega por el pueblo y en defensa de la verdad. Y la verdad que -por caminos diferentes, aunque no divergentes- Sócrates y Jesús defienden, se refiere a la vida eterna y a la definitiva salvación humana; en una palabra, a la trascendencia.
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