Debemos siempre procurar asombrarnos de las cosas permanentes, sin
excepción alguna. Deberíamos sobresaltarnos por el sol y no por el eclipse.
Deberíamos preguntarnos menos por un terremoto y más por la tierra.
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A veces, en muchas ocasiones, lo cotidiano pasa desapercibido y nos perdemos de la belleza de lo cotidiano. Un abrazo
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