Estamos en el mes de Mayo ... De Unamuno
He llegado hasta el ateismo
intelectual, hasta imaginar un mundo sin Dios, pero ahora veo que siempre
conservé una oculta fe en la
Virgen María. En momentos de apuro se me escapaba
maquinalmente del pecho esta exclamación: Madre de Misericordia, favoréceme.
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