Para
Marcel, desesperarse es enraizarse en una situación irremediable y
petrificante, un impasse, "una
especie de congelación dispersante y disgregante" (SE 74). Es "un rendirse ante un cierto fatum presentado
por el juicio" (HV 47; cf. DE 281).
No es lo mismo que el temor, puesto que éste se deriva de la posibilidad que uno percibe de perder lo que posee, mientras que la desesperanza es un darse cuenta de la propia nulidad, precisamente a pesar de tales posesiones.
No es lo mismo que el temor, puesto que éste se deriva de la posibilidad que uno percibe de perder lo que posee, mientras que la desesperanza es un darse cuenta de la propia nulidad, precisamente a pesar de tales posesiones.
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